El antropólogo y activista por el medio ambiente, Sergio Grosjean Abimerhi, dio a conocer el hallazgo de una cueva en Yucatán, donde se encuentran pinturas rupestres, donde los mayas realizaban rituales para entrar en contacto con sus deidades, además de que en estas fechas de equinoccio se puede observar un fenómeno de luz y sombra que es proyectado en las pinturas.
El también buzo e historiador, dijo que este hallazgo no solo es una cueva, que por razones de proteger este patrimonio no se divulga su ubicación, sino que, además, posee importantes vestigios arqueológicos y espectaculares pinturas rupestres.
“Hablamos de un sitio netamente ritual, porque así lo dejan ver los hallazgos que encontramos y lo que la convierte en una de las más importantes cuevas utilizadas por los mayas prehispánicos para el encuentro con sus deidades”, expuso.
Además, dijo que un descubrimiento importante es que en estas fechas del equinoccio se desarrolla un fenómeno de luz y sombra que se proyecta en las pinturas. Algo realmente espectacular.
Expuso que este descubrimiento se dio de manera fortuita, ya que, por alguna razón, cuando ya se encontraba el quipo fuera de la cueva, él tuvo que regresar. La fecha era un 21 de marzo y al volver pudo observar la luz que daba en las pinturas rupestres de la cueva.
“Salimos y todo normal, pero luego tuve que entrar a la cuenta nuevamente por algunos datos y me llevo la sorpresa de la pared iluminada por completo y sabemos que los mayas conocían perfectamente el tempo, eran expertos y los equinoccios marcan precisamente la época en la que viene la primavera, el momento de la siembra, luego las lluvias”, expuso.
Dijo que los pobladores llevaron en equipo a la exploración, como parte de un proyecto de prospección de cenotes y cuevas, y al descender descubrieron las pinturas rupestres.
“Vemos elementos hechos con el material de la misma cueva, observamos figuras geométricas, de animales, de personas; hay un personaje que aparece con una lanza y un escudo y otras figuras”, expuso.
Además, en el cuerpo de agua, como a 30 metros del cenote, dijo, se encontraron dos osamentas humanas mayas, con deformación craneana y plenamente identificadas por el antropólogo físico.
Dijo que los mayas utilizaban las cuevas con fines rituales, por buena cacería, lluvia, envestiduras del poder; no se sabe que funciones rituales cumplió la cueva, pero sí se realizaban rituales, por lo que se pudo observar.
Expuso que recién se hizo una inspección con expertos del INAH y se hizo un informe para el Consejo Nacional de Arqueología, para su evaluación y hacer un proyecto científico en el sitio.
“La idea es hacer andadores donde la gente pueda entrar, con protección, que estén seguras las pinturas, las osamentas, y que se disfruten en ese ambiente que se llevó hace mil años o algo por el estilo”, expuso.
Añadió que cada vez que un explorador descubra cualquier vestigio arqueológico o paleontológico es importante que lo reporte a la autoridad pertinente, se trata de legado que es patrimonio de la humanidad y que debemos entre todos preservar.