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Perfila el tercer encuentro, más visiones y divisiones

El tercer intercambio entre los candidatos a la Presidencia de México, realizado ayer en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, dejó a los mexicanos con un panorama más claro acerca de las banderas, posturas y perspectivas abrazan los tres aspirantes a ocupar la “Silla del Águila” durante los próximos seis años.

El debate se dividió en cuatro segmentos: política social; inseguridad y crimen organizado; migración y política exterior; democracia, pluralismo y división de poderes; y fue moderado por los periodistas Luisa Cantú Ríos (en representación de la zona norte), Javier Solórzano Zinser (de parte del centro) y Carmen Elena Arcila Solís (representando a la zona sur del país).

En este formato los moderadores insistieron en que los candidatos enfatizaran los “qués” y los “cómos”, ya que una de las críticas y demandas más insistentes de la ciudadanía, al respecto de los dos debates previos, había sido la falta de propuestas concretas y la nula profundización en los mecanismos que implementarían para poder cumplir con sus promesas.

En el primer segmento, Xóchitl Gálvez Ruiz (PAN, PRI y PRD) recalcó la falta de congruencia de la administración actual, ya que, en sus palabras, Morena abandonó a los más pobres, a los campesinos y a las mujeres trabajadoras, y que los únicos que se enriquecieron bajo el mandato de Andrés Manuel fueron sus hijos, y sus amigos como Rocío Nahle. Insistió en que ella no imagina un México donde la mayoría aspire al salario mínimo, sino un México donde la mayoría gane al menos cinco salarios mínimos.

Por su parte, Jorge Álvarez Máynez (Movimiento Ciudadano) se apresuró a conciliar una postura económica neutral, señalando que “en el México Nuevo van a ganar las empresas y los trabajadores”.

A su vez, Claudia Sheinbaum celebró los logros y avances en materia de reducción de la desigualdad, fomento al empleo y eliminación de la pobreza. Como ya había hecho en los debates previos, recurrió a distintas gráficas de percepción de la ciudadanía, refiriendo que la mayoría de las personas se siente contenta y satisfecha con los resultados de la 4T.

En temas de migración y política exterior, los tres candidatos mostraron posturas marcadamente distintas. Xóchitl Gálvez insistió en que las dos causas principales de expulsión de mexicanos al exterior son la falta de empleos y la inseguridad, razón por la cual es necesario acabar con la “política de abrazos a los delincuentes”.

Álvarez Máynez reiteró su afinidad con Latinoamérica y ahondó en que su política exterior favorecería una mayor cercanía con Lula da Silva, ya que México y Brasil son las dos potencias más importantes de América Latina, por lo que crear y fortalecer lazos estratégicos entre ambos ayudaría a posicionar mejor a México en el exterior.

La retórica de Claudia Sheinbaum se centró en atender causas estructurales, en que “nadie tenga que migrar por necesidad”; reconoció que la migración es un tema complejo, ya que México ocupa un lugar clave y estratégico en la geopolítica mundial, siendo punto de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes. Para combatir las fuerzas que empujan a los mexicanos a abandonar sus hogares, señaló que es clave impulsar el desarrollo parejo del país, particularmente del sur y sureste de México, por ejemplo, a través del Tren Maya y del Tren Interoceánico.

Algunas posturas quedaron claramente contrastadas. Álvarez Máynez, por ejemplo, se posicionó como el candidato más progresista en temas como aborto, discriminación, violencia de género y justicia generacional. A su vez, Xóchitl se mostró como una candidata católica, abanderando las causas de la “vida, la libertad y la verdad”, valores que se traducen a una política que favorezca el libre mercado y el discurso provida; de igual forma, Xóchitl buscó apelar, a lo largo de todo el debate, al sentimiento de religiosidad de los mexicanos, acusando a Claudia Sheinbaum de atea, de burlarse de la fe de los mexicanos y de no “no creer en los pecados”.

Por su parte, la candidata de la coalición “Sigamos Hacienda Historia” optó, a lo largo del intercambio, por utilizar los resultados que ha presentado el actual Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y los avances que materializó en la Ciudad de México durante su Jefatura de Gobierno como los principales argumentos para convencer a la audiencia de su proyecto, y como el arma más efectiva con la cual contrarrestar los ataques y acusaciones de sus otros dos contrincantes.

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