Una nube del polvo del Sahara atraviesa la Península de Yucatán y que genera rojizos atardeceres, fenómenos que se observará, por lo menos, durante julio y agosto, expuso el meteorólogo Manuel Mora Ugalde.
El ex director de la Unidad Estatal de Protección Civil, dijo que la llegada del polvo del Sahara es un fenómeno que ocurre cada año en los meses de julio y agosto, cuando se intensifica más su llegada, pero también se puede detectar un poco antes, como ocurrió con el huracán Bery, que había una buena cantidad en el Caribe.
“Esto se debe a las tormentas que se generan en la zona desértica de África, en el Sahara, y esto hace que la arena se desplace a través del aire, por el océano Atlántico sigue su trayectoria y luego por el Caribe y a veces llega por la peninsular de Yucatán y genera condiciones de cielo rojizo al atardecer”, comentó.
El meteorólogo dijo que, además, este polvo tiene una importante carga de partículas de sal que, dependiendo de su concentración, puede reducir la formación de ciclones tropicales o los debilita, como pudo suceder en el caso de Beryl, porque la sal roba la humedad del ambiente.
“Dependiendo de la concentración, porque esa es la parte importante, muchas veces se desplaza el polvo en el Atlántico y el Caribe, pero a veces la concentración no es elevada para generar un ambiente seco, pero si lo es puede ayudar a reducir el potencial de los ciclones”, comentó.
Ahora bien, dijo que en el caso de Mérida u otros puntos, no es que se aprecie a simple vista como una gran nube y la manera más común es a través de los atardeceres rojizos que se generan.
Además, si la concentración en muy elevada, también podría generar algunas afectaciones a la salud, como dolor de garganta, irritación en los ojos o algunas alergias.
“Cuando la concentración es elevada, de hasta mil microgramos por metro cúbico, podría afectar la salud del ser humano. Se entiende que podría generar complicaciones de salud si las concentraciones son elevadas”, reiteró.
Es un fenómeno que se vive, particularmente en la Península de Yucatán, pero incluso puede llegar al Golfo de México, aunque un poco más debilitado.
“Pero llega con más concentración a la Península, pues recorre más de 6 mil kilómetros y la concentración de la sal de las partículas del polvo puede variar en concentración”, comentó.
