La península de Yucatán ha experimentado a lo largo de su historia diversos momentos de tensión con el gobierno central de México, lo que ha llevado a intentos de separación. Las principales razones detrás de estos movimientos se pueden resumir en los siguientes puntos:
Descontento con el centralismo: Una de las causas más recurrentes ha sido el descontento con los modelos de gobierno centralista impuestos desde la Ciudad de México. Yucatán, con sus particularidades culturales y económicas, ha buscado en múltiples ocasiones una mayor autonomía y un sistema federal que respetara sus intereses regionales.
Guerra de Castas: La Guerra de Castas, un conflicto armado entre la población maya y los mestizos y blancos, generó una gran inestabilidad en la región. En busca de apoyo y recursos para enfrentar esta guerra, Yucatán consideró en varias ocasiones la posibilidad de separarse de México.
Intereses económicos: Los intereses económicos de Yucatán también han influido en sus relaciones con el gobierno central. La región ha tenido una economía próspera basada en la agricultura y el comercio, y en algunos momentos ha sentido que sus contribuciones no eran debidamente reconocidas o que los beneficios del desarrollo no se distribuían equitativamente.
Identidad regional: La fuerte identidad regional de Yucatán, marcada por su cultura maya, su historia y sus tradiciones, ha llevado a un sentimiento de orgullo y pertenencia que, en ocasiones, se ha manifestado en aspiraciones de autogobierno. Los yucatecos han defendido su particularidad y han buscado preservar sus costumbres y tradiciones, lo que ha generado tensiones con un gobierno central que buscaba homogeneizar el país.