Por: Iridiany Martín
La desmedida congestión vehicular en las calles del Centro Histórico de Mérida sólo evidencia que los paraderos, así como el flujo de transporte de carga, carecen de un orden adecuado, ya que los desafíos incrementaron tanto en movilidad como en los riesgos de accidentes.
Expertos comentaron que, una de las posibles soluciones en estos puntos de alto flujo de transeúntes, es ampliar la infraestructura peatonal, pero es necesario tomar en cuenta la armonía con la gestión de carga que acompaña la zona, debido a la importante actividad económica que se desarrolla en estas centrales de abastos.
Además, que la ubicación de paraderos están sobre las calles que son más concurridas y con menor espacio para autos y motocicletas, lo que genera carga elevada en calles principales como la 60, la calle 62 y 65, que son más evidentes.
La dificultad de los peatones es mayor, más durante las horas pico, es decir, cuando la congestión vehicular es tan grande que ocasiona que entre los autos se crucen los peatones, sobre todo por la necesidad de avanzar.
Desde temprano hasta muy noche estos flujos se ven con claridad, pero se complica más cuando las calles se inundan por las lluvias, los peatones son quienes se sumergen entre las aguas sucias y tratan de cruzar.
Varios ciudadanos externaron su preocupación porque cada vez es mayor el desafío, tanto en las largas esperas de autobuses como en los riesgos que tienen que pasar para poder llegar a su destino.
El respiro de las calles que no están adaptadas para tantos vehículos, son alternativas que desahoguen su paso por el primer cuadro del centro, pero la reubicación de paraderos también generaría un mejor flujo en estos casos.
