Felipe Silva, conocido por su carismático personaje “La Tía Chayo”, ha dejado una huella significativa en la comedia regional yucateca. Desde sus inicios, Felipe Silva se adentró en el mundo del arte escénico tras bambalinas, participando en la creación de escenografías, vestuario y maquillaje en diversas producciones.
Su trayectoria comenzó a los 12 años, cuando, con entusiasmo, se dedicó a realizar bailes, maquillajes y vestuarios.
“La Tía Chayo”, personaje que surgió durante la pandemia, ha resonado profundamente entre el público. Esta figura, que representa a la señora yucateca común, se ha convertido en un referente, ya que muchas personas se identifican con su personalidad.
“Siempre habrá una conocida con la personalidad de ‘La Tía Chayo’ , sobre todo en Yucatán”, explica Felipe, quien se refiere a ella como “una señora yucateca de las muchas que habitan en nuestro estado”.
“La Tía Chayo”, que llama a Felipe, su sobrino, ha capturado la esencia del humor y la cultura yucateca, y su popularidad se disparó en las redes sociales, acumulando casi 300 mil seguidores en Facebook y cerca de medio millón en TikTok.
Felipe recuerda que el auge de “LaTía Chayo” comenzó cuando sentado en la puerta de su casa, su hija grabó un video que se volvió viral. “Cuando me di cuenta, ya estaba viral el video. Y ahí está, lo seguimos haciendo, porque yo vi que esto te puede dejar una ayuda económica”. Así, se transformó en influencer y creador de contenido.
A través de este personaje, ha logrado no solo entretener, sino también generar ingresos que sostienen a más de 10 familias, incluyendo músicos, actores, editores y otros colaboradores.
“Del trabajo de este personaje dependen más de 10 familias”, indicó. Para Felipe, es fundamental valorar el trabajo de un comediante, pues se invierte en vestuario, maquillaje y producción para continuar creciendo tanto profesional como personalmente.
Además, resalta la importancia de apoyar los sueños artísticos de las nuevas generaciones, afirmando que nunca se debe desanimar a quienes aspiran a ser artistas.
“Para todos los que piensan o que en algún momento sus hijos o sus hijas les dicen: ‘mamá, papá, quiero ser artista’ , jamás les digan que se van a morir de hambre. No, no, señores, no, señoras. Uno vive muy bien del trabajo que sea, del oficio que sea”, puntualizó Felipe.
Con humor, añadió que en Yucatán “levantas una piedra y salen dos comediantes y un standupero”, refiriéndose a la proliferación de muchos nuevos artistas dedicamos al humorismo.
En este sentido promovió una visión de colaboración, pues dijo “hay que verlos como competencia, pero también como una oportunidad. La comedia es generacional; no siempre será la misma comedia ni habrá los mismos personajes. Hay que dar paso a las nuevas generaciones y recibirlos”, comentó.
El impacto de “La Tía Chayo” ha sido reconocido en el estado, siendo nominada y premiada en varias ocasiones. “Primero me nominaron a lo mejor de Yucatán en la categoría de comedia regional tradicional, en la cual gané el segundo lugar, lo cual también fue un honor”, recuerda Felipe.
Más recientemente, recibió la medalla de Yucateco Distinguido, un reconocimiento que celebra su contribución a la sociedad a través del arte.
A pesar de los desafíos, Felipe afirma que el teatro yucateco está vivo y en constante evolución. Actualmente, presenta una obra titulada “La familia Ma-Monster”, que se estrenará el 18 de octubre en el Teatro “Armando Manzanero”.
La obra es una parodia que narra la historia de una familia de gringos que regresan a Yucatán, de donde son originarios, solo para enfrentarse a diversos problemas, como la gentrificación y la adaptación a un nuevo hogar que no está listo.
Felipe Silva, a través de “La Tía Chayo”, no solo celebra la risa y el humor yucateco, sino que también subraya la importancia de conservar las tradiciones y el buen ánimo en la comunidad. Su mensaje final resuena con todos sus seguidores: “No dejen de sonreír, porque la risa es el alimento del alma, y en Yucatán lo sabemos muy bien”.