La leyenda de Há y Uinic: el origen mítico de los cenotes en Yucatán
Una historia de amor y magia que explica por qué el agua en Yucatán se encuentra en las profundidades de la tierra
En Yucatán, la ausencia de ríos y lagos se compensa con la presencia de los majestuosos cenotes, formaciones naturales que revelan el agua oculta bajo la tierra. Este fenómeno geológico tiene una explicación mágica arraigada en la leyenda de la diosa de la Tierra, Luum Cab, y su amada hija, Há (agua).
Según la leyenda, Luum Cab era una diosa profundamente unida a su hija Há. La felicidad de Luum Cab radicaba en la compañía constante de Há, a quien adoraba más que a nada en el mundo. Un día, Há decidió tomar un tiempo para sí misma y se aventuró en una zona oculta de la selva, descubriendo un lugar especial que era el reino del dios Uinic (hombre). Este paraíso natural, lleno de guacamayas, colibríes, frutos exóticos y fragancias florales, dejó a Há asombrada.
Uinic, quien se encontraba descansando bajo una imponente ceiba, quedó cautivado por la belleza de Há en cuanto la vio. Aunque intentó hablarle, ella desapareció, pero el lugar dejó una profunda impresión en ella, llevándola a regresar al día siguiente. Lo que empezó como una fascinación se transformó en un amor verdadero entre la diosa del agua y el dios de la tierra.
Sin embargo, el amor de Há y Uinic no duró mucho. Luum Cab, celosa y protectora de su hija, descubrió el romance y decidió tomar medidas drásticas. Usando sus poderes mágicos, la diosa escondió a Há en lo más profundo de la tierra, donde Uinic no podría alcanzarla. “¡Nadie te podrá ver ni escuchar, mucho menos tu amado Uinic!”, le advirtió Luum Cab.
Desesperado, Uinic buscó a Há en cada rincón del Mayab, sin éxito. Finalmente, llorando amargamente junto a unas rocas, su llanto llegó a los oídos de Há, quien, a su vez, comenzó a clamar por su amado. Guiado por la voz de Há, Uinic descubrió una pequeña gruta y descendió en busca de su amor.
Al encontrar a Há en el fondo de la gruta, Uinic se dio cuenta de que no podía rescatarla desde allí. Entonces, empleó sus poderes mágicos para regresar a la superficie, derribó un gran árbol y construyó una escalera de madera que permitiera a Há subir y reunirse con él. Gracias a este acto de amor, los dos pudieron estar juntos y compartir su felicidad.
La leyenda de Há y Uinic es recordada en Yucatán a través de los cenotes, las reservas de agua subterránea que simbolizan el amor eterno y el sacrificio del dios Uinic por su amada. Los cenotes se valoran como un testimonio del profundo amor y la conexión entre la tierra y el agua, haciendo que cada visita a estos cuerpos de agua sea un homenaje a esta hermosa historia mítica.