
Ubicada en la Calle 60 del Centro Histórico de Mérida, “El Pinar” se alza como una joya de la arquitectura yucateca. Su fachada de color rosa mexicano la ha convertido en un emblema de la ciudad, atrayendo miradas y despertando la curiosidad de locales y visitantes por igual.
Construida en 1905 por encargo de Don Humberto Peón, un acaudalado empresario henequenero, “El Pinar” fue testigo de la época de oro del henequén en Yucatán. Su diseño, inspirado en el renacimiento francés, refleja el gusto refinado y la prosperidad de la élite yucateca de principios del siglo XX.
Tras la decadencia de la industria henequenera, “El Pinar” pasó por diversas manos y periodos de abandono. En la década de 1990, la propiedad fue adquirida por el empresario Alberto Bulnes Guedea, quien inició una ambiciosa restauración para devolverle su esplendor original. Lamentablemente, el proyecto quedó inconcluso y la casona permanece cerrada al público desde entonces.

A pesar de su estado actual, “El Pinar” conserva su esencia y potencial. Se espera que en un futuro cercano, esta joya arquitectónica pueda ser restaurada y abierta al público, convirtiéndose en un espacio cultural y turístico que contribuya al rescate del patrimonio histórico de Mérida.
La historia de “El Pinar” se encuentra envuelta en leyendas y rumores, lo que la convierte en un lugar aún más enigmático y atractivo. Se dice que la casona está embrujada y que alberga tesoros ocultos de la época henequenera.