
El aumento de diagnósticos de obesidad en Yucatán este año ha encendido las alarmas en el ámbito de la salud pública. Según el último Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud, los primeros meses de 2025 han registrado un total de 320 nuevos casos de obesidad, alcanzando un total de mil 900 diagnósticos en el estado.
Este incremento es significativo en comparación con el mismo periodo del año anterior, cuando se contabilizaron mil 755 casos. Además, la obesidad afecta principalmente a las mujeres, con un total de mil 315 casos en comparación con los 585 reportados en hombres, un desbalance que se ha mantenido constante a lo largo de los años.
El aumento de diagnósticos de obesidad no es un hecho aislado, sino una señal de alerta, ya que esta condición está estrechamente relacionada con enfermedades crónicas graves como diabetes, hipertensión y problemas cardíacos. Estas patologías representan una de las principales causas de muerte en Yucatán, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Un informe de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) revela que más del 70% de la población adulta en Yucatán padece sobrepeso u obesidad, colocando a la entidad entre los primeros lugares a nivel nacional en prevalencia de esta condición. Este problema no solo afecta a los adultos, sino también a niños y adolescentes. Según la Ensanut, el 35.6% de los niños yucatecos entre 5 y 11 años sufren de sobrepeso u obesidad, mientras que en los adolescentes de 12 a 19 años la cifra es del 19.1%.
El impacto de la obesidad en la infancia es particularmente preocupante, ya que puede desencadenar problemas de salud a largo plazo como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y trastornos psicológicos como la depresión y la ansiedad.
Especialistas atribuyen este incremento a diversos factores, entre ellos el consumo elevado de alimentos ultraprocesados ricos en grasas, azúcares y sodio, que predominan en la dieta de muchos yucatecos. Además, el sedentarismo juega un papel clave en el aumento de esta condición en la región.
Las diferencias de género en los diagnósticos podrían estar influenciadas por factores fisiológicos, socioculturales y psicológicos, los cuales afectan de manera distinta a hombres y mujeres en cuanto a la ganancia de peso.
Para combatir este problema, se recomienda fomentar hábitos alimenticios saludables, promoviendo el consumo de frutas, verduras, cereales y legumbres, y reduciendo la ingesta de productos procesados. También enfatiza la importancia de la actividad física regular a lo largo de todas las etapas de la vida, desde la niñez hasta la adultez.
Asimismo, se insta a las autoridades educativas y de salud a reforzar la educación nutricional desde la infancia y garantizar el acceso a alimentos nutritivos para todas las familias, independientemente de su nivel socioeconómico.
La obesidad en Yucatán continúa siendo un reto de salud pública que requiere medidas urgentes y coordinadas para frenar su impacto en la calidad de vida de la población.