Rancho Izaguirre: el macabro hallazgo que destapó un “centro de exterminio” en Jalisco
Un descubrimiento aterrador
El Rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, se convirtió en el escenario de uno de los hallazgos más impactantes de los últimos meses. El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco descubrió en el lugar cráneos calcinados, zapatos, bolsos, ropa y cartas de despedida, lo que sugiere que la finca operaba como un “centro de reclutamiento y exterminio” vinculado al crimen organizado.
Un centro de terror bajo el control del crimen organizado
Según testimonios de familiares de desaparecidos, este rancho habría sido utilizado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) para entrenar a jóvenes secuestrados y obligarlos a unirse a sus filas. Aquellos que no cumplían con las expectativas de la organización eran presuntamente ejecutados en el mismo lugar.
El cuestionamiento a las autoridades
El colectivo denunció que la Fiscalía de Jalisco tenía conocimiento del predio desde el 18 de septiembre de 2024, pero no realizó una investigación a fondo. La omisión ha despertado críticas hacia el actuar de las autoridades, ya que fue gracias a los buscadores que se logró destapar este sitio de horror.
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Reacciones del gobierno mexicano
La presidenta Claudia Sheinbaum calificó el hallazgo como “terrible” y señaló que se deben esclarecer las razones por las cuales el lugar no fue asegurado desde la primera denuncia. Además, cuestionó el actuar de la Fiscalía de Jalisco y pidió una revisión del caso.
Investigación federal en curso
Ante la indignación generada, el fiscal general Alejandro Gertz Manero anunció una investigación para determinar si la Fiscalía General de la República (FGR) asumirá el caso o si permanecerá en manos de las autoridades de Jalisco. La decisión podría marcar un precedente en la lucha contra la impunidad en casos de desapariciones forzadas.
La crisis de los desaparecidos en México
El hallazgo del Rancho Izaguirre se suma a una serie de descubrimientos que evidencian la grave crisis de desapariciones en México. Organizaciones de derechos humanos han denunciado que los grupos criminales siguen operando impunemente y que, en muchas ocasiones, las familias de las víctimas son las que terminan realizando el trabajo que deberían hacer las autoridades.
