
Autoridades israelíes declararon estado de emergencia ante el avance de incendios forestales que podrían alcanzar las afueras de Jerusalén, en lo que bomberos calificaron como uno de los siniestros más graves del último decenio.
La situación ha motivado el despliegue de aviones de varios países para apoyar las labores de extinción.
Los focos principales se concentran al oeste de la capital, donde las llamas han obligado al cierre de la autopista Tel Aviv-Jerusalén y han provocado heridas leves a al menos 23 personas, según reportes del servicio de emergencias Magen David Adom (MDA). Imágenes difundidas muestran vehículos atrapados cerca de las zonas afectadas, mientras el fuego amenazaba un monasterio católico.
Ayuda internacional y evacuaciones
El primer ministro Benjamín Netanyahu advirtió que “el viento del oeste puede empujar fácilmente el fuego hacia los barrios de las afueras (de Jerusalén), e incluso hacia la propia ciudad”. En respuesta, el ministro de Defensa, Israel Katz, ordenó el despliegue militar y calificó la situación como una “emergencia nacional“.
La colaboración internacional ha sido clave: aviones de Italia, Croacia, Macedonia del Norte, Ucrania, Francia y España se sumaron a las operaciones, según confirmaron fuentes oficiales. Mientras tanto, equipos de emergencia evacuaron a decenas de residentes, incluidos unos 40 adultos mayores de un hogar geriátrico en Shoresh, al oeste de Jerusalén.
Factores climáticos y antecedentes
Eyal Caspi, comandante de bomberos, señaló que este podría ser “el mayor incendio en Israel en una década“, agravado por vientos intensos y temperaturas elevadas. La zona ya había sufrido incendios la semana pasada, lo que aumentó la vulnerabilidad del terreno.
Las autoridades mantienen la alerta en nivel máximo y continúan monitoreando posibles nuevos focos. Hasta el momento, cinco localidades cercanas a la carretera Latrun-Bet Shemesh han sido evacuadas preventivamente.