

Mérida, capital del estado de Yucatán, es conocida como “La Ciudad Blanca” por varias razones que se entrelazan entre la historia, la arquitectura y la cultura de esta ciudad emblemática del sureste mexicano. Uno de los motivos principales está relacionado con el uso tradicional de piedra caliza y estuco blanco en muchas de sus construcciones coloniales y casas antiguas, lo que le da a la ciudad un aspecto luminoso y elegante.
Otra interpretación del nombre hace referencia a la limpieza de sus calles y espacios públicos, un rasgo distintivo que ha sido motivo de orgullo para los meridanos desde hace décadas. Esta reputación de orden y pulcritud contribuyó a que el sobrenombre de “La Ciudad Blanca” se consolidara como parte de su identidad cultural.
Algunos historiadores también señalan que el término podría tener un trasfondo simbólico vinculado a la sociedad de la época colonial, cuando existía una fuerte división social y étnica. En ese contexto, el “blanco” también pudo haber hecho alusión a una élite criolla dominante. Sin embargo, esta interpretación ha sido debatida y hoy en día se enfoca más en los aspectos positivos y estéticos del apodo.
Actualmente, Mérida continúa siendo una ciudad que destaca por su arquitectura colonial, sus calles arboladas y su ambiente seguro y acogedor. “La Ciudad Blanca” es hoy un símbolo de orgullo para los yucatecos, reflejo de su historia, su cultura y su hospitalidad.