
Un inesperado descubrimiento tuvo lugar en Panabá, Yucatán, cuando Freddy Aranda Herrera, un Teniente de Infantería retirado, desenterró lo que parece ser un fósil de dinosaurio en su propio huerto. Tras el paso del fenómeno natural “Beryl”, Aranda se encontraba limpiando su terreno cuando, al remover una planta de mandarina afectada por la sequía, notó algo que sobresalía del suelo y que parecía el hocico de una vaca.
Intrigado por la forma y el color del objeto, que contrastaba con las piedras negras de la zona, Aranda decidió excavar con cuidado. Con la ayuda de su vaquero, logró desenterrar una pieza de aproximadamente 25 kilos, que parecía ser un cráneo prehistórico. A medida que lo limpiaban, la pieza revelaba cada vez más su forma de cráneo, sugiriendo que podría ser la cabeza de un dinosaurio.

El teniente retirado expresó su deseo de que paleontólogos se interesen en este hallazgo y lleven a cabo estudios detallados para identificar a qué especie prehistórica pertenece el cráneo. Aranda también manifestó su disposición para colaborar y brindar acceso a su rancho a los expertos, con la esperanza de que se puedan encontrar más partes del esqueleto en el área.
Vale la pena recordar la importancia histórica de la región, ya que un asteroide impactó Yucatán hace millones de años, creando el cráter de Chicxulub y provocando la extinción masiva de los dinosaurios. Este contexto geológico refuerza la posibilidad de que el hallazgo sea genuino y de gran relevancia científica.

El teniente retirado descartó que el cráneo pertenezca a una vaca u otro mamífero actual, estimando que el fósil podría tener entre 10 y 15 millones de años. Sin embargo, aclaró que solo un análisis de Carbono-14 podrá determinar con precisión la antigüedad del fósil.