Muestreos en playas de Progreso, Sisal y Celestún muestran una fuerte presencia de contaminación por plásticos que se descomponen en partículas de microplásticos y que pueden ser consumidas por especies marinas y, a su vez, por las personas, destacó Mario Humberto López Araiza Valencia, maestro en Ciencias en Ecología Humana por el Cinvestav e ingeniero ambiental.
Dijo que en el 2020 se hicieron muestreos en las tres playas de Yucatán mencionadas, detectando, en diferentes cantidades, la presencia de plásticos de más de cinco centímetros. El sitio donde más plástico se encontró fue en Progreso con cerca de 3 mil micropartículas y le siguió Sisal y Celestún con más o menos 2 mil y mil 400, respectivamente.
La presencia detectada fue de materiales como propileno, polietileno de alta densidad, en formas de botellas pet, tapas de refrescos, popotes, bolsas, además de materiales relacionados con la pesca, como cuerdas, redes, costales, además de otros materiales de uso sanitario.
“La presencia de plásticos en las playas de Yucatán ya es una realidad y éstos se van descomponiendo hasta convertirse en micro plásticos que pueden afectar la salud”, dijo.
Explicó que los microplásticos son partículas de plásticos que miden cinco milímetros o menos y pueden tener dos orígenes, los primarias y los secundarios; en el primer caso son los que ya vienen así, contenidos en algunos cosméticos y otras industrias, y los otros se forman a partir de la descomposición {on de plásticos de mayores tamaños, que es el caso de los que están en las playas.
“Se van descomponiendo por la luz del sol, por el movimiento del agua, de la arena y otros factores que hacen que reduzcan su tamaño y lleguen a ese medida; por su tamaño y propiedades un riesgo para el medio ambiente”, dijo.
Comentó que hay diferentes investigaciones realizadas en todo el mundo que ya han detectado micro plásticos en sangre humana, pulmones, hasta en la placenta, y se introducen al organismo a través de la exposición aparato digestivo, la piel, y los efectos que puede tener en la salud se investigan aún.
Sin embargo, dijo que los primeros resultados de investigaciones que se han llevado a cabo es que estos microplásticos se bioacumulan en los tejidos de la fauna marina, porque los consumen al depositarse, por ejemplo, en los pastos marinos que comen, y luego pasan a las personas que consumen estas especies.
De los efectos en la salud humana, dijo que investigaciones en lugares como Asia y Europa señalan que estos materiales pueden actuar como disruptores endócrinos e imitan a la acción de encimas y de hormonas, generando un cambio en el material genético.
“Al cambiar esta actividad cambia la influencia de lo que puede ser en el peso, en la reproducción, formación de tumores, y todavía son temas que se están investigando”, dijo.
David Rico
