El edificio de la Plaza de la Independencia que alberga al Palacio Municipal ha sido objeto de innumerables visitas, paseos y reportajes tanto de ciudadanos locales como turistas nacionales y extranjeros que quedan admirados de su arquitectura que data de 1821, según la placa que luce en la majestuosa fachada.
Cabe destacar que las piedras que levantaron muchos de estos edificios provinieron de construcciones mayas de la antigua T’ho y atestiguaron hechos como la ejecución de Jacinto Canek, las luchas federalistas y las visitas de Carlota Amalia y Francisco I. Madero.
Actualmente, frente a la estructura, en la Plaza Grande, está el corazón y centro inicial a partir del cual gira la vida política, eclesiástica y civil de la ciudad. La enmarcan la calle 60, de sur a norte; la 61, de oriente a poniente; la 62, de norte a sur; y la 63, de poniente a oriente, según el sentido del tránsito.
Plaza de la Independencia fue el nombre oficial que adoptó tras la consumación del movimiento en 1821. La construcción del jardín se realizó en 1845 y para ello se utilizaron piedras labradas de las ruinas de la antigua parroquia de San Cristóbal que se encontraba al interior de la ciudadela.
En su interior destaca un patio central de grandes dimensiones. Su fachada luce una réplica de la campana de la iglesia del pueblo de Dolores.
La enmarca la Plaza Grande arbolada con laureles y sembrada de diversas plantas y flores, luce pletórica de palomas que bajan a comer migas de pan, y el espectáculo simultáneo de paseantes, turistas, vendedores de antojitos típicos, boleros dando lustre a los zapatos de algún tranquilo lector de periódico o parejas tomando el fresco, es el cotidiano paisaje urbano.
Evelio Segovia
