El legado de la cultura maya no solo se encuentra en sus impresionantes pirámides y códices, sino también en su lengua, que ha influido profundamente en el español que se habla en la península de Yucatán y otras regiones de México. Muchas palabras de origen maya han sido adoptadas y forman parte de nuestro vocabulario cotidiano, aunque en ocasiones no somos conscientes de su origen.
Por ejemplo, la palabra cenote, que describe los famosos pozos naturales de agua, proviene del maya ts’onot, que significa “abismo” o “caverna con agua”. Otro término común es chicle, derivado de ch’ichle, el nombre que los mayas daban a la resina extraída del árbol del chicozapote, utilizada por ellos como goma de mascar.
Otros ejemplos incluyen huipil, la prenda tradicional de las mujeres mayas, cuyo nombre conserva su pronunciación original, y kibis, un popular antojito yucateco cuyo nombre también tiene raíces en la lengua maya. Incluso palabras como pibil, usada para describir platillos cocinados bajo tierra, como la famosa cochinita pibil, nos conectan con esta rica tradición cultural.
- Cenote (ts’onot): Pozo natural de agua.
- Chicle (ch’ichle): Resina del árbol del chicozapote.
- Huipil (huipil): Vestido tradicional de las mujeres mayas.
- Pibil (pib): “Enterrado” o cocido bajo tierra.
- Sisal (ziiz-ha): Lugar donde brota agua fría; también, fibra extraída del henequén.
- Ka’anche’: Plataforma o cama hecha de madera.
- Jícara (jika’ab): Vasija hecha del fruto del árbol de jícaro.
- Tamal (tam’al): Comida envuelta en hoja y cocida al vapor.
- Milpa (miil-paak’): Terreno cultivado.
- Xtabentún: Bebida tradicional hecha con miel de abeja y anís.
