Gastronomía

El tubérculo que tiene un alto valor nutricional

En los Andes peruanos, hogar de numerosos superalimentos, se cultiva un tubérculo extraordinario que combina alto valor nutricional y propiedades únicas: la mashua. Este alimento, poco conocido fuera de las regiones altoandinas, no solo es una fuente rica en nutrientes, sino que también destaca por su capacidad para actuar como un repelente natural de plagas, un atributo que lo hace especialmente valioso tanto en la gastronomía como en la agricultura sostenible.

La mashua es un tubérculo originario de los Andes que pertenece a la misma familia que la papa y la oca. Su diversidad de colores, que van desde crema y amarillo hasta negro y morado, refleja su riqueza en antioxidantes. Según la Universidad San Ignacio de Loyola, la Universidad Científica del Sur y la Estación Experimental Agraria ILLPA-Puno, es una fuente importante de carbohidratos, proteínas, vitaminas (B y C) y minerales como fósforo, hierro y calcio, convirtiéndose en un alimento ideal para mejorar la nutrición de comunidades altoandinas y otros consumidores.

Además de su valor alimenticio, la mashua contiene glucosinolatos, compuestos químicos que le confieren propiedades insecticidas. Esto no solo protege al cultivo de plagas, sino que también minimiza la necesidad de pesticidas químicos, apoyando prácticas agrícolas más sostenibles.

En las regiones altoandinas, la mashua se cultiva en pequeñas parcelas intercaladas con otros cultivos. Gracias a sus propiedades repelentes, actúa como un escudo natural contra plagas que afectan a otros vegetales, como las papas. Según el Centro Internacional de la Papa (CIP), los glucosinolatos presentes en la mashua generan compuestos que resultan tóxicos o desagradables para insectos herbívoros, manteniendo las plantas protegidas sin intervención artificial.

La mashua es una excelente opción para mejorar la dieta en comunidades rurales y urbanas. Sus nutrientes ayudan a fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la salud ósea y proporcionar energía de forma sostenida. Al igual que otros superalimentos peruanos como la maca o la oca, la mashua puede integrarse en diversas preparaciones, desde platos salados hasta snacks saludables.

La importancia cultural de la mashua se refleja en su diversidad de nombres. En quechua se le conoce como mashua, mashwa o añú, mientras que en aimara recibe nombres como apilla o isaño. En Colombia, este tubérculo se llama cubio, destacando su expansión más allá del Perú hacia otros países andinos.

Aunque su consumo aún es limitado fuera de las zonas altoandinas, la mashua tiene un enorme potencial como alimento funcional y como herramienta en la lucha contra las plagas agrícolas. Incorporarla en la dieta no solo contribuye a diversificar los hábitos alimenticios, sino que también apoya la sostenibilidad agrícola y celebra la rica herencia cultural de los Andes.

Descubrir y valorar alimentos como la mashua nos invita a aprovechar los beneficios de los superalimentos andinos, tanto para nuestra salud como para el medio ambiente. Este tubérculo incaico, con sus propiedades únicas, merece un lugar destacado en nuestra cocina y en las iniciativas de alimentación sostenible.

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