Desinterés generacional afecta al sector artesanal yucateco

Yucatán se encuentra entre las primeras cinco entidades del país con más artesanos y ayudantes, según información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), sin embargo, uno de los mayores retos del sector es la falta de interés de los jóvenes en aprender los oficios, algunos de los cuales podrían estar viviendo sus últimas generaciones.
Esto pese a los diversos programas y apoyos que brinda el Gobierno estatal, hay actividades que se están perdiendo ante la falta de interés de las nuevas generaciones. Al respecto, el maestro artesano kanasinense, Mario Suárez Oribe, precisó que actualmente los jóvenes ya no quieren dedicarse a los diversos oficios artesanales.
“Yo tallo y pinto madera, no tengo a quién heredarle lo que sé. Los jóvenes no lo consideran redituable. Han perdido el interés, pues ven difícil la situación y lo que batallan sus abuelos o sus padres y prefieren dedicarse a otra cosa”, compartió.
Indicó que “muchos prefieren estudiar y consideran una pérdida de tiempo aprender el oficio, pues lo primero que se percibe es una falta de impulso en las actividades artesanales, por lo que deciden ser profesionistas, lo cual no es malo, pero da como resultado que cada vez haya mayor abandono del oficio”.
Manifestó que existe una crisis generacional en la herencia de las técnicas antiguas del oficio y que el verdadero trabajo artesanal tiene solo unas generaciones de caducidad, por lo cual, dado el panorama que se tiene, se va a extinguir.
Según el último censo del Inegi, en Yucatán existen 29 mil 310 personas dedicadas a las actividades artesanales, que en conjunto conforman uno de los principales sectores económicos de la entidad.
Sin embargo, la información es previa a la pandemia, por lo que es muy probable que la cifra haya reducido debido a la reestructuración económica que la situación provocó, pues muchos buscaron una nueva forma de sustento sin regresar a sus anteriores actividades económicas.
De acuerdo con el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop), la actividad artesanal del país, incluida la de Yucatán, tiene grandes desafíos para su desarrollo, entre los que destacan los costos cada vez mayores de las materias primas; la falta de capital de los artesanos; la presencia de intermediarios en la venta de sus productos; las exigencias del mercado por imponer diseños ajenos a las tradiciones y la cultura, y por último, la penetración de productos que se hacen pasar como artesanías, pero están manufacturados con tecnología y de forma masiva, representado una competencia desleal al trabajo 100 por ciento manual.