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Oro en los años plateados de Roberto Pinto Ontiveros

Desde temprana edad, la Estrella del Momento ha demostrado una inclinación natural por ayudar a quienes lo rodean

Roberto Rafael Pinto Ontiveros es un hombre que ha dedicado su vida al servicio de los demás, convirtiéndose en un claro ejemplo de cómo la vocación altruista no tiene límites ni fronteras. Desde joven, se enfocó en ayudar a los adultos mayores, y ahora, habiendo alcanzado él mismo la tercera edad, continúa apoyando a aquellos que no son tan afortunados.

Una anécdota de su infancia en Veracruz revela su carácter bondadoso: un día, mientras llovía, vio a un hombre y su hija empapados y, conmovido, le pidió a su madre que les ofreciera ayuda. Este gesto, aunque sencillo, fue el preludio de una vida consagrada al servicio de los demás.

Roberto ha tenido una carrera diversa, desempeñándose como taxista, gerente de una tienda sindical y entrenador deportivo, siempre con un enfoque en ayudar a los demás. En su rol como entrenador, no solo promovió el deporte entre los jóvenes, sino que también les transmitió valores de solidaridad y respeto. Aunque su trayectoria estuvo llena de retos, Roberto supo convertir cada desafío en una oportunidad para extender su mano amiga y hacer una diferencia en la vida de quienes lo rodeaban.

No obstante, la labor más gratificante para Roberto ha sido la que ha llevado a cabo durante casi 20 años a través de su fundación, “La Felicidad Comienza A.C.”. Esta organización, creada con el propósito de brindar un espacio lleno de amor y dignidad, se dedica a ofrecer apoyo integral a personas mayores. Su enfoque incluye actividades recreativas, atención médica y asistencia emocional, proporcionando a los adultos mayores el cuidado y la compañía que necesitan.

A través de su incansable labor altruista, Pinto Ontiveros ha transformado su asociación civil en un refugio donde los adultos mayores encuentran no solo cuidados esenciales, sino también una comunidad que valora y celebra sus vidas.

SOLDADO POR UN DÍA

Uno de los momentos más destacados en la vida de Roberto fue cuando recibió el reconocimiento sin precedentes de ser nombrado “Soldado por un Día” por su extraordinaria labor social en favor de los adultos mayores. Este honor, otorgado por la Secretaría de la Defensa Nacional en la 32ª Zona Militar, fue un testimonio del impacto positivo que Roberto ha tenido en su comunidad. Más allá de ser un reconocimiento a su trabajo, este galardón también subrayó su capacidad para inspirar a otros a seguir su ejemplo.

A lo largo de su vida, Roberto ha acumulado más de 35 reconocimientos por su labor altruista. Sin embargo, para él, estos premios no son un reflejo de sus méritos personales, sino un homenaje a los adultos mayores que han sido su motor y motivación.

Mis viejitas y viejitos”, como cariñosamente los llama, son la razón por la que Roberto continúa trabajando incansablemente para mejorar sus vidas, ofreciéndoles cariño, respeto y dignidad.

Para él, su mayor satisfacción radica en ver la alegría en los rostros de aquellos a quienes ha ayudado. Desde ofrecer un plato de comida a una persona en situación de calle hasta gestionar complejas operaciones médicas, su vida es un testimonio viviente de que el altruismo no tiene límites.

Para Roberto, la felicidad empieza con el simple acto de dar sin esperar nada a cambio. En ese acto de generosidad, encuentra la verdadera riqueza de la vida.

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