Daniel Santiago
La guayabera, símbolo de tradición y orgullo yucateco, enfrenta una crisis. La creciente importación de guayaberas de origen chino y la proliferación de bordados no tradicionales están amenazando la industria local, afectando tanto la calidad de la prenda como el sustento de los artesanos que, por generaciones, han preservado las técnicas y estilos que hacen de la guayabera una prenda auténticamente yucateca.
En el marco del Día de la Guayabera, celebrado cada 21 de marzo, la industria textil yucateca se encuentra en una encrucijada entre la modernidad y la conservación de la tradición.
Luis Gerardo González Morales, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive) en Yucatán, advierte sobre la creciente amenaza que representan las importaciones masivas de guayaberas asiáticas, principalmente de China.
Entre las iniciativas para salvaguardar la calidad y el empleo local, destacan los esfuerzos por imponer aranceles a las importaciones asiáticas, con el objetivo de frenar su impacto negativo y promover la compra de productos locales.
“Una guayabera yucateca de calidad puede durar hasta cinco años, mientras que una de menor calidad podría durar solo unos meses, lo que a la larga resulta más costosa para el consumidor”.
Aunque las exportaciones a Estados Unidos, principal destino de las guayaberas yucatecas, no han sufrido afectaciones directas, existe preocupación por el impacto a mediano plazo. Para reducir la dependencia del mercado estadounidense, la industria explora nuevas oportunidades en Europa y la región Asia-Pacífico, incluyendo Australia y Nueva Zelanda.
