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Peligra producción de cebollitas de Ixil

Un cultivo que se cosecha durante el sexto mes de año en el municipio de Ixil son sus famosas cebollitas, las cuales actualmente es cada vez más difícil encontrar en los mercados de la ciudad capital y muy pocos locatarios las comercializan.
Las hortalizas son consideradas como alimento exótico y en peligro de extinción, debido a su complejo proceso de cultivo que dura alrededor de seis meses, iniciando la siembra a partir de noviembre y cosechando el producto hasta mayo o principios de junio, dependiendo de las lluvias.
La historia de este producto, único en Yucatán, comienza con la llegada de los españoles, quienes trajeron las cebollas criollas, que se empezaron a cultivar en la entidad, adaptándose a las condiciones del suelo de Ixil.
Ello dio como resultado una cebollita más pequeña, morada, de sabor terroso y menos amargo que acompaña guisos tradicionales como el poc-chuc o el frijol con puerco. También se consume en escabeche para acompañar carnes y prácticamente cualquier guiso.


La producción es limitada a unas cuantas familias en el municipio de Ixil, quienes las venden en el mercado del municipio y ocasionalmente se consiguen en el ‘Lucas de Gálvez’ de Mérida.
Aseguraron que hay una última cosecha de estas cebollitas y debido a la baja demanda de este año, el precio por kilo ha bajado de 70 a 50 pesos.
Parecen cebollas moradas pequeñas. Sin embargo, si se observan a detalle contienen peculiaridades de un producto que sólo se da en este pueblo de Yucatán.
De tamaño menor y con un tallo verde y alargado, las cebollitas de Ixil tienen un sabor mucho más dulce, debido principalmente a las características de la tierra, pero también a la paciencia y dedicación de algunas familias para su siembra y cosecha en la comunidad del mismo nombre.
Ixil (lugar donde se eriza), es un municipio ubicado a tan sólo 45 minutos de Mérida, dedicado principalmente al cultivo de rábanos, cilantro, calabaza, tomates…y de sus famosas cebollitas.
Lo que siguió fue una mezcla de saberes ancestrales de siembra por parte de los mayas y las cualidades de la tierra de Ixil.
El resultado es esta cebollita más pequeña, morada, de sabor terroso y menos amargo que acompaña guisos tradicionales como el “poc-chuc”, el frijol con puerco o los iibes (frijoles blancos). También se consume en escabeche para acompañar carnes, huevos…y prácticamente cualquier guiso.

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